La esclerosis lateral amiotrófica (ELA) es una enfermedad degenerativa de tipo neuromuscular. Se origina cuando las células del sistema nervioso llamadas motoneuronas disminuyen gradualmente su funcionamiento y mueren, provocando una parálisis muscular progresiva de pronóstico mortal: en sus etapas avanzadas los pacientes sufren una parálisis total que se acompaña de una exaltación de los reflejos tendinosos (resultado de la pérdida de los controles musculares inhibitorios)
En la actualidad, no existe cura para la esclerosis lateral amiotrófica. Hasta el momento el único medicamento con indicación para tratar esta enfermedad es Riluzole, un agente antiglutamato. Aunque Riluzole no constituye una cura, los resultados de las pruebas clínicas parecen prometedores en la prolongación de la vida, especialmente en los pacientes con manifestación bulbar.
Al igual que con todas las enfermedades incurables, el tratamiento actual de este trastorno es el control de los síntomas (también denominado cuidados paliativos). Sí existen fármacos para combatir el conjunto de síntomas que acompaña a la enfermedad, como son los calambres, la espasticidad, las alteraciones en el sueño o los problemas de salivación. Existen numerosas estrategias muy eficaces para cuando aparecen las alteraciones respiratorias o cuando surgen problemas relacionados con las secreciones.