La trombocitopenia es la reducción del recuento plaquetario en sangre por debajo de 100.000-150.000/µL. En función de los niveles de plaquetas puede clasificarse en grave, moderada o leve.
Estos niveles por debajo de la normalidad pueden deberse a una reducción de la producción de plaquetas en la médula ósea, secuestro de plaquetas en el bazo o por generación de anticuerpos antiplaquetarios que conlleve a la destrucción posterior de plaquetas.
En la mayoría de los casos, cursa de forma asintomática ya que el riesgo de sangrados espontáneos se produce generalmente cuando el nivel de plaquetas se encuentra por debajo de 20.000/µL. En esta situación se recomienda tomar medidas terapéuticas para recuperar niveles adecuados de plaquetas. Si el origen de la trombocitopenia es la destrucción plaquetaria periférica inmuno mediada, se puede recurrir al uso de corticoides, inmunoglobulinas inespecíficas, agonistas del receptor de trombopoyetina y esplenectomía. En función de la patología principal causante de la trombocitopenia, se seleccionará uno u otro tratamiento.
Una de las causas que puede originar la trombocitopenia es el uso de determinados fármacos, por toxicidad hematológica a nivel de médula ósea y por lo tanto reducción de la producción de plaquetas ó por inducción de formación de anticuerpos antiplaquetarios. Aunque el riesgo de aparición es relativamente bajo, ciertos medicamentos como el linezolid, heparinas y tacrólimus entre otros se han asociado a eventos trombocitopénicos que se han resulto tras disminución de la dosis o suspensión del tratamiento junto con una monitorización de los niveles de plaquetas.